En el último año, el precio del Brent Crude, un referente clave del petróleo a nivel mundial, ha oscilado entre $70.31 y $93.12. Durante los últimos tres años, la variación fue aún más dramática, con mínimos de $69.53 y máximos de $133.18. ¡Todo un viaje de montaña rusa! Por eso, para la mayoría de los inversores, la acción petrolera más inteligente en este momento es la sólida y confiable gigante de la industria: Chevron (NYSE: CVX).
Razones clave para apostar por Chevron
Antes de analizar el negocio de Chevron, vale la pena destacar uno de sus mayores atractivos para los inversores: su dividendo. Actualmente, su rentabilidad por dividendo ronda el 4%, significativamente por encima del promedio de la industria energética (3.3%) y del promedio del S&P 500 (1.2%). Este dividendo no solo es alto, sino que Chevron lo ha incrementado anualmente durante 37 años consecutivos, incluso en escenarios extremos como precios del petróleo de $133 o $69, o incluso más bajos.
Estos datos reflejan la fiabilidad de Chevron como empresa, lo que ya de por sí puede convencer a los inversores a largo plazo en busca de ingresos constantes. Pero Chevron tiene mucho más que ofrecer además de un dividendo atractivo.
Chevron es una empresa energética integrada, lo que significa que opera en todas las etapas del sector energético:
- Producción (upstream).
- Transporte y almacenamiento (midstream).
- Refinación y productos químicos (downstream).
Esta diversificación ayuda a amortiguar los altibajos propios de un sector tan dependiente de las materias primas. Además, el 75% de las inversiones petroleras de Chevron tienen un punto de equilibrio por debajo de $50 por barril, lo que le otorga una gran flexibilidad operativa.
Por si fuera poco, Chevron cuenta con un balance sólido con calificación de grado de inversión. Sin embargo, esto es solo una parte de la historia detrás de su fortaleza financiera.
Chevron, experta en navegar los ciclos del petróleo
Con una larga trayectoria en el sector, Chevron entiende perfectamente la volatilidad de la industria energética. Por ello, ha desarrollado un negocio diversificado que le permite enfrentar mejor las inevitables subidas y bajadas. Pero su verdadera clave para mantener los aumentos de dividendos, incluso en épocas de fuertes caídas del petróleo, radica en su sólido balance.
Cuando los tiempos son buenos, Chevron mantiene un bajo nivel de deuda. Actualmente, su relación deuda-capital es de aproximadamente 0.17, uno de los niveles más bajos entre sus principales competidores en el sector energético integrado. Esto le permite prepararse para lo que sabe que llegará tarde o temprano: otro ciclo a la baja en los precios del petróleo.
Cuando ese momento llegue, Chevron tendrá margen financiero para asumir más deuda, aumentando temporalmente su apalancamiento. Este enfoque, aunque parezca arriesgado, permite a la empresa seguir financiando sus operaciones y garantizando dividendos crecientes a sus accionistas. Chevron confía en este modelo porque sabe que los precios del petróleo siempre se han recuperado históricamente. Y cuando lo hacen, la compañía paga su deuda y reduce su apalancamiento, repitiendo así su probado ciclo de éxito.
Si estás buscando una inversión confiable en el sector energético, Chevron destaca como una opción inteligente para aprovechar los altos dividendos y su capacidad para resistir la volatilidad del mercado.